MUJER-ÁNGEL CAÍDO

Uno va así, desprevenido,
desprevenido y sin ganas de rezar.
Uno se encuentra persiguiendo ese sonido
como de alas al volar.

Hipnotizado por las voces aladas
uno se adentra en el azul,
espera ángeles, criaturas asexuadas
y en vez de ellos surges tú.

Ojos como de jueves
por sobre la ciudad
y esas sonrisas leves
contra mi levedad.
Piel de tormenta helada
cuando quieres llover,
pechos de madrugada,
ganas de amanecer.
¿Quién me puede hablar de celos,
si te sigo en tu vuelo?

Desvanecer el mundo atrás de tu figura
y tu figura conservar,
es conservar la fuerza junto a la ternura
y es precipicio o es volar.

Yo sé que el hombre perdió las alas.
Yo sé que aquí no es mi lugar,
noticias buenas y noticias malas,
ya nadie me puede culpar.

Voy por la calle abierta
sonambuleando sin ti.
Cuando el frío me despierta
para encontrarme aquí.
Besos de casa vieja,
lengua de cascabel,
forma de alzar la ceja,
propia del ángel Luzbel.
El deseo encendido,
mujer-ángel caído.

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