¿y al final del arco iris?

UN VISTAZO A LA TRANSEXUALIDAD.

TRANSAMÉRICA


“No dejéis que la bandera arco iris os engañe”
Terre Thaemlitz
productor multimedia, escritor, DJ,
propietario de Comatonse Recordings.Y Transexual

Dentro de las pruebas que nos pone el destino en el constante desarrollo, nos enfrentamos a una serie de difíciles tareas por ejercitar. Pero ¿Qué podría ser más difícil que aprender a hablar? Los balbuceos descoordinados y los constructos de oraciones palidecidas de un niño que lucha por expresarse parecerían una de las tareas más engorrosas. Pero nadie nos enseña el tono de nuestra voz, la modulación, la fuerza y la velocidad. Son cosas naturales ¿no? Por eso lo único que podría ocurrírseme como más difícil que aprender a hablar, es el aprender COMO hablar. Imaginarse el recorrer un largo camino a contra corriente de lo naturalmente obligado. Eso es lo que nos muestran las primeras escenas de la película Transamerica. Película ganadora del Globo de Oro y nominada a la gringada Oscareña y que es magistralmente interpretada por una pléyade de actores no muy populares, encabezados por Felicity Huffman, una esposa desesperada que por seguro nos ofrece la actuación de su vida.

Nos ubicamos en la vida de Sabrina Osborne, “Bree” para los cuates, a una semana de su vaginoplastia, Ella es un transexual que ha labrado una serie de cambios para unirse el alma al cuerpo (para ponernos cartesianos). Ya se tomó pastas femeninas, se afiló la cara, se mando poner pechos y se limó la manzana de Adán, pero lo único que le falta, es deshacerse de lo que la une a la gran broma divina de colocarla en un cuerpo ajeno.

Mientras trabajaba, Bree recibe una llamada telefónica de un tal Toby Wilkins de 17 años y preso por drogo y prostituto en Nueva York y que a parte (por si fuera poco) asegura ser el hijo de un, ya desaparecido, Stanley Schupack. Stanley, que en paz descanse, era mitad judío por parte de un padre parco y mitad cristiano por parte de una madre jodida. La disforia de género que “padecía” lo llevó a una serie de indecisiones y contradicciones a lo largo de su vida, llevándolo por un lado a un intento de suicidio y por otro lado a embarazar una pueblerina en un acto lésbico. Pero todo su tormento duró hasta que descubrió que Stanley nunca existió y que dentro de él, en su mente y su cuerpo vivía Bree.

Es lógico entender la conmoción que esta noticia ocasionó en Bree, ya que por una parte la transportaba a un pasado detestable y además, lo más preocupante para ella en ese momento, ponía en juego y peligro su cercana alegría. Su terapeuta (mejor amiga por cierto) la condiciona a enfrentar su pasado para autorizar la cirugía.

Bree vuela de Los Ángeles a Nueva York y paga la mísera fianza de un dólar que se le impuso por andar de prosti y de inhalaheroína en las calles de la Gran Manzana. Toby había quedado a la deriva una vez que su madre se suicidó y quedó a cargo de su pederastra padrastro. Resuelta a no decirle la verdad, Bree pretende ser una misionera Cristiana del Padre Potencial y le promete llevarlo a Los Ángeles para que despegue su carrera de actor porno que tanto anhela. Sin embargo, secretamente planea llevarlo de vuelta a Kentucky para regresarlo con su padrastro. Al llegar al pueblito donde Toby se “biencrío” Bree descubre las mañas del padrastro. Compadecida y “llamada por la sangre” decide llevarlo, como habían quedado, a Los Ángeles.

Mientras más viajaban, más se unían, se conocían e incluso me atrevo a decir que se llegaban a querer. Sin embargo, la temerosidad de Bree para hacer pipí a la intemperie, hace que Toby se entere del secreto que ocultaba en su entrepierna. La reactividad de Toby ante la noticia y su sensación de haber sido engañado, lo hace volverse en un ofensivo y lesivo copiloto.

Las cosas comienzan a cambiar cuando le dan “aventón” un shamán peyotero hippioso que más bien resulta ser un gandaya que les roba el carro, además de haberle robado un par de chistes a Los Simpson. Las habilidades seductoras y prosticomerciantes de Toby lo hace conseguir un poco de dinero para salir del paso. A su vez, Bree comienza a hacer sus pininos en el arte de la coquetería y de la mariposa en el estómago, cuando prácticamente se “liga” a un Indio/Vaquero que sucumbe a los encantos de la bella Bree y les da un asilo y un “ride” a Phoenix. La idea de Bree era llegar a Phoenix, esperar a su hermana menor y pedirle la lana par su cirugía y regresar a Los Ángeles a tiempo, pero una vez más, el destino y sus maneras tan extrañas hace que Bree se reencuentre con su “hermosa familia” y en especial con su “tierna y comprensiva” madre. En este momento se desatan una serie de extrañísimos sucesos en los que vemos una “New-born abuela” feliz y asfixiante con su Toby y a una nulificada y ofendida Bree/Stanley. En caso de que yo tuviera una paciente o sus familiares, les recomendaría estas escenas en las que la madre recibe el golpe de realidad que implica tener respeto por su HIJA. Todo lo anterior desencadenado ante la reacción de Toby al enterarse que Bree era su Papá/Mamá al mismo tiempo que le sugería la posibilidad de tener relaciones y casarse. No le queda más remedio que huir. La madre sacudida por lo sucedido le da el dinero a Bree y le cae el veinte de que “nunca tuvo un hijo”.

Por fin llega el día de la cirugía y Bree está completa. Pero el peso del recuerdo de haber tenido y perdido a su hijo en tan poco tiempo la hace sufrir. Por su lado Toby cumple su sueño (aunque medio impotentemente) de ser un actor porno. Una vez más, la sensatez se adueña de Toby y acude a visitar a su madre, la cual ya se encuentra en plena profesión de mujer.

Es curioso como el tema de la película, la cual es una de esas películas que los gringos llaman “road movie”, es realmente una película que narra viaje para hacia el autoconocimiento y el amor de madre e hijo.

Pero al fin de cuentas ¿quiénes son los transexuales, quiénes son los transgénero, es un padecimiento, esto es algo nuevo o hay registros en la historia? El síndrome de disforia de género se caracteriza por la inhabilidad del paciente para identificarse con su sexo anatómico y por un deseo no controlable de cambio de género. Para poder realizar el diagnóstico de SDG, el paciente debe de cumplir todos y cada uno de los siguientes preceptos:

  • Sentimiento de disconformidad y repugnancia con el sexo anatómico, junto a un sentimiento de larga duración de pertenecer al sexo opuesto
  • Deseo de cambio de sexo para poder vivir en un rol de sexo opuesto, junto a un comportamiento del sexo opuesto y una vestimenta de sexo opuesto sin producción de excitación sexual
  • Ausencia de síntomas o comportamientos homosexuales
  • Presencia de los síntomas durante un mínimo de dos años
  • Ausencia de anormalidades físicas, de estados intersexo, o anomalías genéticas
  • Ausencia de etiología esquizofrénica

El síndrome de disforia de género incluye varias categorías de pacientes que tienen en común un sentimiento de insatisfacción con el sexo propio que les hace buscar soluciones quirúrgicas a sus problemas de identificación de género sexual. Es vital realizar un correcto diagnóstico diferencial de la categoría de disforia de género, ya que no todos los pacientes son candidatos para el reasignamiento de sexo. Las diferentes categorías del síndrome de disforia de género incluyen:
a. Transexualismo clásico. Incluye los pacientes que cumplen los criterios anteriormente descritos. A este grupo pertenecen entre el 15 y el 20% de los pacientes visitados por el Gender team.
b. Síndrome de disforia de género - homosexualidad. A este grupo pertenecen los pacientes que inicialmente tienen un comportamiento homosexual y que, posteriormente, deriva en un comportamiento del sexo opuesto. Los pacientes terminan por solicitar la cirugía para superar los estigmas de la homosexualidad.
c. Síndrome de disforia de género - trasvestismo. Se trata de pacientes con personalidad obsesiva (generalmente) que consiguen placer con la vestimenta del rol sexual femenino. Los pacientes suelen terminar solicitando la cirugía por motivos similares a los anteriores. No existe análogo femenino.
d. Síndrome de disforia de género – psicosis. A este grupo pertenecen los pacientes con trastornos psicóticos que terminan desarrollando una desestructuración de la identidad sexual. Debe realizarse un buen diagnóstico diferencial entre éstos y los pacientes afectos de un transexualismo clásico que presentan reacciones psicóticas debidas al estrés asociado al síndrome.
e. Síndrome de disforia de género – sociopatía psiconeurótica. Se trata de pacientes exhibicionistas. Solicitan la cirugía para obtener notoriedad pública.
f. Síndrome de disforia de género – personalidad esquizoide. Incluye un grupo de pacientes que no han desarrollado un buen sentido de género. Solicitan la cirugía para mejorar su funcionamiento en la sociedad.

Tan sólo los pacientes que presentan un transexualismo clásico son buenos candidatos para la cirugía de reasignación de sexo. En el resto de categorías, sólo casos puntuales pueden ser incluidos en el programa de reasignación de sexo. En cualquier caso, ningún paciente incluido en los grupos d (psicosis) y e (psicopatía psiconeurótica) es un buen candidato para la cirugía.

Antes de proceder a la cirugía, una vez realizado un correcto diagnóstico del síndrome y considerado el paciente un buen candidato para el programa de cambio de sexo, se debe verificar si el paciente cumple los criterios de la Harry Benjamin Gender Dysforia Association, que son:

  • En primer lugar, el paciente debe ser visitado por dos terapeutas expertos en ciencias del comportamiento, obteniendo su visto bueno. Estos profesionales deben relacionarse profesionalmente con el paciente durante un plazo no inferior a 6 meses. El diagnóstico realizado por estos dos terapeutas se basa en la presencia de síntomas específicos presentes en el paciente durante más de dos años.
  • En segundo lugar, el paciente debe vivir en el rol del sexo genético opuesto con total satisfacción y éxito. En este sentido, el reasignamiento hormonal debe preceder siempre al reasignamiento quirúrgico, ya que este último es siempre el paso final en el programa de reasignamiento de sexo. Hay que recordar que la cirugía no es el tratamiento del síndrome de disforia de género, sino que no es más que uno de los ingredientes del programa de rehabilitación de estos pacientes. Cuando la cirugía se desarrolla en pacientes que disfrutan ya en el rol del sexo opuesto, ésta presenta un mayor índice de éxito, ya que el paciente no se apoya en ella para tener o no éxito en la vida.

El Género y el Sexo son dos cosas separadas a pesar que la cultura popular los mezcla sin reparos. El Sexo es la forma física y la función mientras el Género es el componente de IDENTIDAD

Una persona Transexual nacida con un sexo específico se da cuenta en su niñez que pertenece al género opuesto a su sexo, aún sin conocer definición alguna, simplemente por comparación y percepción de un conflicto interior. Este conflicto le causa un enorme sufrimiento y confusión usualmente desde la edad pre-escolar.

Esta agonía puede llegar a la auto-destrucción si no es tratada adecuadamente. Las estadísticas muestran que el 50 % de los transexuales mueren cerca de los 30 años usualmente por suicidio. Ser transexual no es algo que puede ser escondido, suprimido o atenuado por un comportamiento travestí esporádico. Tarde o temprano aparecerá como un asunto de vida o muerte.

Las culpas inexistentes, la presión social, la pérdida de estima y la depresión son las causas concomitantes de la muerte de la mayoría de los transexuales. Con un tratamiento adecuado y con el debido soporte espiritual, un transexual obtiene una vida sana y normal. El grado de éxito en el tratamiento de transexuales está entre los más altos de la medicina.

La transexualidad ocurre en ambos sexos físicos, hombre y mujer y es causada por factores bioquímicos que interfieren el desarrollo normal del feto, usualmente variaciones en las etapas iniciales y críticas de la gestación, imposibles de detectar o controlar hasta hoy. La transexualidad es independiente de la orientación sexual, ocurre en humanos y otros animales placentarios como monos, perros, gatos, ratas y ratones, entre los que se han estudiado.

El tratamiento clínico quirúrgico para un diagnóstico responsable de transexualidad es la reasignación del sexo físico al correspondiente con su IDENTIDAD GENERICA. Este proceso pasa por la administración controlada de hormonas, cirugía plástica, cirugía de reasignación genital y termina con la completa adaptación social de la persona ya adecuadamente integrada.

Resumiendo se tiene que entender que la transexualidad difiere de los siguientes términos comúnmente asociados a ella:

NO ES LO MISMO que la homosexualidad, aunque puede estar asociada y confundirse; la homosexualidad es una preferencia sexual mientras que la transexualidad es un asunto existencial.

NO ES LO MISMO que el travestismo, que primariamente es un fetiche sexual y solo sigue el rol genérico del sexo opuesto; generalmente aparece en la pubertad sin producir un conflicto entre sexo y género ya que produce satisfacción ocasional solo con la apariencia o rol del sexo opuesto. Al travestismo como forma de expresión de femineidad también se le llama feminofilia.

NO ES LO MISMO que los transgénero, aunque, como la expresión incluye a toda forma de disforia de género u oposición al género, también toca en parte a nosotras las transexuales. Sin embargo, los transgénero son más una expresión socio-política orientada a la legítima supervivencia mediante formas colectivas de soporte mutuo de todas las personas involucradas en problemas de género. No es una expresión con significado clínico.

El número exacto de transexuales en una población nunca va a ser conocido con exactitud debido a lo largo del proceso de diagnóstico, la mejor estimación conocida es de 1 cada 10,000. Se supone que parte de las causas de la formación pre-natal de una persona transexual es el stress en la madre, (aún en estudio pero se ha demostrado parcialmente); el número de transexuales en una sociedad variará en función de las condiciones sociales imperantes en una generación. Hay evidencia del aumento de la población transexual en el periodo post-guerra o en el periodo de profundas crisis económico-sociales.

Los estudios estadísticos muestran algunas indicaciones interesantes en relación con la transexualidad. Un factor es la inteligencia; el transexual posee en promedio dos grados superiores de desviación estándar (en intelecto) sobre una población promedio y un grado sobre la población homosexual promedio. Este fenómeno está en estudio y se ha sugerido que podría ser el resultado del "cableado cruzado" del cerebro transexual, que se beneficia de la combinación de estructuras y funciones de hombre y mujer. Por otro lado hay clara evidencia de la tendencia de la mayoría de los transexuales por actividades creativas y artísticas, aun que este segundo aspecto (el artístico), se está interpretando como una vía de realización, simplemente más accesible por ser socialmente más tolerante.

Finalmente, tengo que decir que no hay datos estadísticos a mi alcance para mostrar el grado de dificultad que un transexual tiene para corregir el error de su nacimiento. Se debe enfrentar a la sociedad en general y a los empleadores en particular, a los médicos y terapeutas tradicionales, a la pérdida de familiares y amigos, al costo del tratamiento, a la extrema dificultad del camino de transición que puede durar años, incluido el periodo de vida "Full mujer", a las dudas, a las culpas, al auto-reproche y a la evidencia de que los cambios físicos no siempre son como uno los sueña.

Como existe la evidencia que la Transexualidad es causada por la alteración vía hormonal del desarrollo del sistema nervioso del feto, y esto ocurre en varias especies estudiadas de mamíferos, es razonable inferir que esto, lejos de ser una moda, ha ocurrido por largo tiempo, de hecho siempre estuvieron aquí “entre nosotros” y de tiempo en tiempo la historia los ha registrado.

La única manera de "viajar" en el tiempo para ubicar a los transexuales de la edad de piedra o de la edad de madera, es por el estudio de las sociedades aborígenes que aún sobreviven con esas tecnologías. Tal es el caso de la selva peruana o en algunos lugares vírgenes de Africa y Oceanía. Todas estas sociedades primitivas reverencian en diversos grados a los transexuales nacidos entre ellos. Son considerados mágicos, hermanos de los dioses y los espíritus y, dueños de poderes shamánicos.

Toda sociedad ha tenido un nombre, rol o vía de relación con la transexualidad, desde los tiempos de Canaan, Turquía e India, hasta hoy. Los ejemplos abundan, en la Roma antigua existieron las Gallae, dedicadas a la diosa Cibele. Una vez que las Gallae decidían su género y religión, mostraban en un paseo ritual sus recién extirpados genitales que constituían su paso al templo y servicio religioso de por vida. Si en el paseo alguien recibía como regalo esta "ofrenda" era considerado bendito y la conductora de esa casa se obligaba a cuidar de la salud de la Gallae, que a partir de ese momento recibía espléndida ropa femenina (como una novia) y asumía su nueva identidad, también femenina.

En la India las prácticas rituales para las transexuales continúan hasta hoy. Los Hijiras son devotos de una diosa y practican una forma de cirugía primitiva de reasignación genital. Públicamente son tratadas despectivamente por la sociedad, pero en privado son reverenciadas actuando como consejeras espirituales y sociales, además de conducir matrimonios. Paradójicamente, a pesar de ser despreciadas en público, tienen el estado civil de mujeres verdaderas.

En USA, los Navajos del sur-oeste, también llamados los Dineh, reconocen tres sexos en lugar de dos. Para los Dineh hay hombres, mujeres y "nadles" que son los nacidos hermafroditas o aquellos que optan por un sexo basado en su definición de identidad genérica. Situación que ni el cristianismo ha podido desaparecer esta forma de ver el mundo. Entre los Sioux los "winkte" eran el otro sexo, compuesto por individuos que optaban por vivir en el sexo opuesto al de nacimiento. Las mujeres vivían como guerreros y tenían esposas mientras que los hombres vivían completamente el rol femenino luego de un proceso de castración indoloro llevado a cabo por el propio interesado. Aquí no había magia, solamente la corrección de un error de la naturaleza.

Sean los Sererr del pueblo Pokot en Kenya, los Xanith de Oman, los Mahú en Tahiti o los Sekrata de Madagascar, la historia es siempre la misma; la transexualidad es un hecho de la vida y siempre ha habido una forma y lugar en la sociedad para que un transexual reúna su alma con su cuerpo.

Un caso digno de nombrar es el de Edward Hyde, conde de Clarendon, aunque fue conocido con el título nobiliario de Lord Cornbury. Nació en 1661 y murió en 1723. Nació de una familia muy bien acomodada económica y socialmente pasando su infancia en Berkshire y estudió en Oxford. Entró en los Dragones un regimiento real muy estricto y de ahí pasó a formar parte como miembro del Parlamento de la región de Wilshire, con el importante título de Tory y en la Iglesia Cristana. Fue Capitán de Caballería del príncipe George de Dinamarca y Paje de Honor del Rey James II en su coronación. Fue una de los primeros comandantes en abandonar al rey, tomando con él tantas tropas como pudo. Fue gobernador de Nueva York y de New Jersey, donde se ganó una mala reputación. Se decía que era aborrecido por su carácter y sus modos. Fue encarcelado por las deudas que su padre le dejó al morir. Lord Cornbury murió en Chelsea, en la miseria y en el olvido y fue enterrado abadía de Westminster. Pero ¿qué tiene de extraordinaria esta historia? Ya que además de lo que comento, Lord Cornbury ha pasado a la historia como corrupto, posiblemente como el peor gobernador británico que haya tenido jamás América. Lord Cornbury tenía la “pervertida y degenerada costumbre” de vestirse de mujer, de conducirse como una moble más, de pedirle a los galantes caballeros que le ofrecieran el asiento y de referirse a el mismo como una mujer. Este hecho, logró que, además de ser tachada como degenerada, fuera acusada de varios fraudes con fondos públicos para desprestigiarla por cuestiones de discriminación y de ignorancia. El estigma es de quién lo porta, la discriminación y agresión es de terceros.

La clasificación moderna de la transexualidad y la intervención médica para reasignar los genitales fue intentada por primera vez el año de 1930 en Alemania. Einar Wegener se sometió al tratamiento y luego fue operada. Ella vivió como Lily Elbe acompañada por su esposa Gerda, hasta que falleció por complicaciones de rechazo posteriores a la cirugía de trasplante de Ovarios que intentó en 1933.

El primer caso bien conocido de una transexual post-operada fue el ex-soldado americano George Jorgensen que en 1953 se transformó en Christine Jorgensen. El/La cual, tuvo un éxito en Hollywood y a ella se debe la salida al aire de la transexualidad

Por décadas la transexualidad fue considerada un desorden mental sin base biológica hasta que el Doctor Harry Benjamin estudió y documentó cuidadosamente cada caso hasta la publicación de su libro "El fenómeno Transexual" que abrió el camino al estudio profundo de esta singular condición. La asociación internacional Harry Benjamin continúa su trabajo hasta hoy, estableciendo las bases del cuidado y tratamiento de los transexuales.

Los últimos estudios sobre la formación del encéfalo en el embrión humano y el funcionamiento del cerebro han arrojado luces sobre las causas de la transexualidad; los tratamientos y las técnicas quirurgicas mejoran cada día y la sociedad lentamente acepta lo inevitable de la transexualidad, al punto que en el futuro todas viviremos una vida mejor en un mundo que finalmente corregirá verdaderamente los errores de la naturaleza.

Por lo general la gente que no los conoce, a menudo comenta que están "confusos". Ellos pueden estar confusos debido a la incapacidad que tienen los transexuales para conformarse con sus ideas preconcebidas acerca de la sexualidad, pero no estan en absoluto confundidos. Tienen muy claro qué tipo de gente les gusta y quién los prende, los enciendo. También sé lo que normalmente los enfría.

Parece ser que para mucha gente, el hecho de que no encajen con el estereotipo de una drag-queen que pasa el día persiguiendo a fríos chicos musculosos (que de todas formas suelen preferir a machotes) los hace parecer "confusos".

Sería más fácil pensarlos en términos de homosexualidad ¿no? Pero ellos están al final del arco iris. Insistentemente les preguntan ¿eres gay? ¿eres gay? De todas formas, ¿de verdad alguien necesita saber exactamente qué hay metido en el culo de alguien o en el de su compañero, para determinar si son gays con todas las de la ley? No son gays son transexuales, objeto de una gran broma celestial, obligados a morir para renacer, sin dignidad ni orgullo gay, pero si con la dignidad que les da el ser hombres y mujeres.

El haber nacido en un armario de cristal a través del cual han sido vistos y aislados como homosexuales y como chica o chico durante años, antes de tener conocimiento subjetivo de sus propios deseos sexuales, han tenido que aceptar que su identidad sexual (y en ocasiones su género) es algo aprendido y heredado bastante distinto de los actos sexuales en sí mismos. No han encontrado nada más que alienación y sufrimiento en sus intentos de ser tan sólo heterosexual u homosexual, ambos pobres reflejos de sus actividades sexuales. Quedamos claros entonces ¿Quiénes están al final del arco iris?

No hay comentarios: