41 AÑOS DEL FRAY BERNARDINO


Mil novecientos sesenta y siete comienza un frío domingo. Declarado por la ONU como el año internacional del turista, este año vio ante sus ojos un sinfín de acontecimientos que marcaron las bases para un futuro que le urgía nacer.
Curiosamente, para los efectos que hoy nos involucran, 1967 fue el año en el que el movimiento “hippie” utilizó el estandarte de la psicodelia, término acuñado por el psiquiatra británico Humphry Osmond 20 años antes y que significa “que manifiesta el alma”.
En el mundo sucedían extraordinarios eventos. EE. UU., la URSS y el Reino Unido firman el Tratado del Expacio Exterior.
En Bolivia se promulga la Constitución. En Nicaragua, el general Somoza asume el poder en elecciones fraudulentas. La Comunidad Europea inicia el desarrollo normativo sobre el IVA. China envía tres divisiones del Ejército Popular de Liberación al Tíbet. El fiscal de distrito Jim Garrison declara que el asesinato de John F. Kennedy fue planeado en Nueva Orleans, y que en poco tiempo él podrá resolverlo. El líder sindical, Jimmy Hoffa empieza su sentencia de ocho años por intentar sobornar a un jurado. En San Francisco, 10.000 personas marchan contra la Guerra de Vietnam. Muhammad Alí se rehúsa a ir al servicio militar. Fidel Catro anuncia que la propiedad intelectual pertenece al pueblo, y que Cuba traducirá y publicará literatura técnica sin pagar derechos. En Las Vegas se casan Elvis Presley y Priscilla Beaulieu. En India el Dr. Zakir Hussain es el primer musulmán que se convierte en presidente. Biafra, en Nigeria oriental, anuncia su independencia. The Beatles lanzan al mercado el disco Sgt. Peppers Lonely Hearts Band. Asesinan al Che Guevara en La Higuera, Bolivia, donde estaba asentada su guerrilla. También fallecen Violeta Parra y John Coltrane. Gabriel García Márquez publica Cien Años de Soledad. Nacen en ese año Kurt Cobain, Noel Gallagher, Nicole Kidman, Pamela Anderson y
El Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez.
Plantearnos el lugar que tiene hoy el Hospital Psiquiátrico, es dirigir la mirada sobre el sentido de nuestra acción clínica y prever las variables históricas discursivas, ambientales, de recursos y eficacia comunitaria. Es interrogar el malestar de nuestra época, de la que no escapa la institución psiquiátrica, que se ve obligada a responder sincrónicamente a los cambios que le demanda el marco sociocultural en el cual se encuentra inmersa.
El Hospital Psiquiátrico es un recurso genuino que la comunidad posee en cuestiones de Salud Mental, en un momento en que todo aparece y parece degradado. La institución ofrece a estos pacientes los lugares necesarios para desplegar lo dramático de su existencia, encontrando en ese contexto a los profesionales dispuestos a acompañarlos con el cuerpo y la palabra en el lugar donde conviven con sus pesadillas, sus vacíos y sus horrores.
En la vertiente de los mitos sobre los orígenes y una manera de resolver sus contradicciones intervendremos sobre la creencia en el hospital psiquiátrico como asilo, depósito, hospicio o manicomio, por el de simplemente hospital, lo cual implica intervenciones diferentes: un ida y vuelta entre la sociedad y la institución.
Si tomamos la variable del mito como creencias que otorgan posiciones y roles fijos entre sus miembros: intervendremos sobre la creencia de su personal trabajando por amor y vocación ante la adversidad del medio y de los factores socio económico, diferenciando así el recurso económico del recurso humano, el cual sí está presente de manera eficaz y reconocida por la comunidad en un alto y variado nivel de formación, capacitación y producción científica y que aparece devaluado imaginariamente y no así en los hechos.
Los recursos humanos constituyen un costado fuerte en toda institución que encauzado en su deseo y responsabilidad ha realizado transformaciones en lo material y humano Intervenir con la palabra como instrumento, y el acto como consecuencia. significa despojarnos de la ingenuidad de abandonarnos a la utopía de un hospital modelo, ideal para modelar con nuestra presencia las posibilidades de avance y cambio de posición del hospital actual en la comunidad. Contra lo adverso e incontrolable del peso de la historia reforzar los aspectos de la identidad profesional e institucional.
Nadie llega a convertirse en humano si está solo: nos hacemos humanos los unos a los otros. Es en los ojos de nuestros semejantes donde leemos la humanidad, en los ojos de quienes nos prestan atención. Es una mirada de amor, de preocupación, reproche o reprobación: pero siempre es una mirada llena de significado que nos dice el lugar que tenemos para el otro.
Hoy, 1967 parece lejano y parecería que gran parte de lo generado en esa época no prosperó y se perdió en el sueño. Pero curiosamente, el Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” continua siendo el único estandarte de psicodelia que queda de ese año, porque es ahí, donde definitivamente se manifiesta el alma.
"...hemos sostenido con la enfermedad mental una relación profunda, ética, quizá difícil de formular para nosotros mismos, pero impenetrable para cualquier otro, y en el cual hemos sentido el mayor de los peligros, y acaso nuestra verdad mas próxima. No se dirá que hemos estado a distancia de la locura, sino en la distancia de la locura (...). Y aquello que para nosotros hoy designa al Exterior un día acaso llegue a designarnos a nosotros”.
Michele Foucault

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