Cualquier Camino

“Cuando no sabes a dónde vas, cualquier camino te lleva ahí”
Proverbio del Corán
En el pensamiento psiquiátrico actual, se tiende a responsabilizar a las corrientes psicodinámicas, de un supuesto “freno” que sufrió el avance e investigación de la psiquiatría como disciplina. Esta tendencia ha causado un daño en dirección opuesta que resulta en la deshumanización y el concretismo de la que se intentaba “rescatar”.
Cada enfermo es único en sus particularidades e individualidades, por lo que su abordaje y tratamiento no son estandarizables. En la mayoría de los casos, nos encontramos que el abordaje y tratamiento de una persona, solamente le funciona a él. Si la clínica se compone de la observación detallada de un paciente, la reflexión de lo que vemos y la conclusión que obtenemos, la visión psicodinámica es el complemento perfecto para estos componentes.
De nada le sirve al psiquiatra, ser exclusivamente un “acumulador” de información, de conocimiento y de investigaciones que solamente abren hipótesis, o que, en muchos casos, son solamente modas. Subrayo la palabra “exclusivamente” para hacer notar que en definitiva es importante tener conocimientos, pero de ninguna manera, lo es todo. Hemos ido dejando de lado el hecho de que estamos inmersos en una relación empática con otra persona, y que dicha relación es única, bidireccional e intransferible. Bajo el principio de que no hay dos pacientes iguales, obtendremos que tampoco hay dos médicos iguales. Esto nos obliga a saber, pero sobretodo, nos obliga a ser. El saber está en los libros y los artículos y se consigue fácilmente, pero el ser está en los pacientes, en la vida y en la cultura. Un psiquiatra que no “vive la vida”, que no atiende pacientes o que no tiene cultura, será un psiquiatra mediocre. Haciendo un breve paréntesis; habríamos de cuestionarnos si todo esto no es una carencia en toda la formación médica y no es, particularmente, una crisis en la psiquiatría. Pero creo que eso es otro tema de reflexión.
El verdadero quehacer psiquiátrico está en atender y entender, más que en curar. Son las crisis vitales las que llevan al mayor número de personas, a buscar ayuda psiquiátrica. El psiquiatra que no enfrenta estos problemas con una postura filosófica, humanista y más aún bajo un contexto vivencial y vincular, estará en problemas a la hora del tratamiento.
La critica que con mayor frecuencia se le hace la las corrientes, o pensamientos psicodinámicos, es su “imprecisión” o que están sustentados en “reflexiones filosóficas” y no en algo “tangible”. Esta crítica se basa en un tremendo error y ese error es creer que el pensamiento psicodinámico es una ley inamovible e incuestionable. La realidad es que el pensamiento psicodinámico (con todas y cada una de las corrientes que se quieran incluir aquí) son maneras de explicar o entender las cosas que vemos en la clínica. Lo que veo, siento y concluyo de una persona a la que estoy atendiendo, lo englobo en un constructo teórico que me ayuda a entender al otro y a mi mismo, logrando así particularizar el abordaje y tratamiento de esa persona.
No dudo que existen y existirán muchas otras maneras de explicar o entender las cosas que vemos en la clínica, pero lo que es un hecho es que el pensamiento psicodinámico es uno de los más sistematizados y uno de los más tangibles en la práctica. Si todo esto es así, ¿por qué no lo seguimos? La respuesta es sencilla pero triste; porque el pensamiento psicodinámico implica verse, reconocerse y tolerarse a uno mismo y sólo así, vemos, reconocemos y toleramos al otro, bajo ese principio, poco están dispuestos. Antes el psiquiatra veía al paciente a través de sus ojos, ahora parece que ve al paciente para no verse el mismo. Tal vez la razón se encuentre en que el pensamiento psicodinámico nos obliga a retomar los conceptos de Motivación, de Inconsciente y de una serie de Principios reguladores que nos permiten enfrentar la realidad; conceptos que muchos descalifican sin conocer.
Si es que alguien decide ser un psiquiatra “acumulador” de información, un psiquiatra preocupado en el saber exclusivamente, será un quitador de síntomas, probablemente muy bueno eso si, pero una persona en crisis o con un padecimiento, no es un cúmulo de síntomas. Entonces su terapéutica será insuficiente. Pero, si nuestro camino en la psiquiatría es entender al otro para ayudarle, así sea solamente con un tratamiento farmacológico o solamente psicoterapéutico o ambos, sigamos el camino del ser. Además es evidente y contundente que este pensamiento, ampliará, simplificará y hará más real, nuestro concepto de lo normal y de lo patológico.
Me gustaría finalizar con un fragmento de la obra de Franz Kafka: “Qué tristemente escaso es el conocimiento de mi mismo comparado, digamos, con el que tengo de mi habitación... No existe una observación del mundo interior como la hay del exterior”. Comencemos entonces a retomar lo fundamental, el autoconocimiento, la cultura y el pensamiento psicodinámico, para intentar siquiera, entender un poco a los demás.

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