Sobre Las Canciones De Musicofilia


1. Bailando
 
La composición de canciones es muy curiosa, en ocasiones llega primero la letra y en otras tantas llega primero la música. En el caso de Bailando, es la primera vez que me sucede que letra y música llegaron al mismo tiempo. Casi como si ya estuviera compuesta y yo simplemente la estuviera escuchando por primera vez. Lo más que recuerdo, es estar sentado en la cama del centro de salud donde estaba haciendo el servicio social hace mucho tiempo y que tenía en mente componer una canción con solo 2 acordes. Comencé a tocar alternadamente Mi y La con el Capo en el segundo traste de la guitarra y la letra fue apareciendo. Obviamente no me pude quedar solamente con esos dos acordes y entraron a apoyar la estructura un Si y un Do sostenido menor. Que recuerde, nunca he vuelto a componer una canción de esa manera.
 
2. Para Nadie
 
Era el año nuevo del 2013 y nos encontrábamos en un rancho en Hidalgo llamado Santa Helena. Desde dos días antes traía en mi cabeza la melodía que eventualmente se convertiría en una parte de la canción, así que cuando tuve un rato libre, tomé la guitarra y busque los acordes. Y así es como empezó la tarea de componer una canción. Sobre el tema hay poco que decir, es una canción sobre una pareja que termina. La intención era escribir cada estrofa desde una persona diferente, pero al final decidí que el mismo personaje hablara de ella primero, de él después y de la pareja al final. Hay frases que estaban en mi cuadernito de ideas desde hace un tiempo: “El suicida es un criminal con dolo” y “aunque todavía hay camino no tiene uno a fuerzas que seguir”, son algunas de ellas. El nombre de Para Nadie es en honor a la canción de los Beatles For No One que trata un tema similar.
 
3. El Abrigo
 
En mi vida hay cinco cosas que han cambiado mi vida para siempre y una de ellas fue haber conocido a Óscar de Pablo. No recuerdo claramente un tiempo antes de ser amigo de Óscar y tampoco recuerdo un tiempo en el que no se nos empezaran a ocurrir cosas. Por eso, fue lo más lógico empezar a componer canciones cuando yo empecé a tocar la guitarra a la edad de 11 años. Literalmente, yo apenas me sabía dos acordes y compusimos nuestra primera canción. Un hermosísimo bodrio llamado “Tu Risa”. Desde ahí, no paramos. Componer era prácticamente nuestro trabajo. Todos los viernes nos juntábamos a componer. En ocasiones componíamos dos o hasta tres canciones en una tarde. El número de composiciones es inimaginable, creo que si digo que son 300 me quedo corto. La manera de trabajar era muy simple y de tres maneras distintas. La primera y más sencilla era que Óscar me diera un poema suyo y yo lo musicalizaba. Aunque digo que es la forma más sencilla, aclaro que es la forma más sencilla por cómo escribe Óscar. Su poesía tiene una musicalidad y ritmo único. La otra manera de componer era que yo trajera un esqueleto de canción, la cual consistía en prácticamente traer una canción hecha y arreglarla con Óscar. En ocasiones la letra era cambiada por completo. La tercera manera y más disfrutable de todas era sentarnos cara a cara y componer lo que saliera. Aunque con el tiempo y por nuestras “adultas obligaciones” el ritmo de composición ha disminuido, los chispazos de creación aún están cuando nos lo proponemos. No niego que aún me gustaría componer una o dos canciones a la semana. En fin, en el caso de El Abrigo es una canción compuesta por Óscar y yo (¡una de Pablo-Ibarreche original!). La técnica de composición fue que yo traje la canción con una letra muy distinta y Óscar con esa precisión le dio un giro increíble al jugar con las veloces rimas en el coro. Gran canción.
 
4. Samantha
 
Samantha es mi canción favorita del disco. Compuesta con Óscar en mí casa en el año 2008. Recuerdo muy bien que yo tenía la estructura de la canción, el riff me giraba en la cabeza de manera casi obsesiva. Logré escribir parte de la letra pensando en la dualidad afectiva que existe en los pacientes con Trastorno Límite de Personalidad. Me acuerdo muy bien que la estrofa original era “Ella se levanta y no sabe para qué, sale de la cama y se prepara un café y canta sin ganas de cantar”, casi sin pensarlo Óscar tuvo la ocurrencia de hacer una serie de rimas internas y fue él quien salió con el nombre de “Samantha” para la rima interna de Samantha, levanta, espanta, etc. Letra y música, música y letra comenzaron a tener sentido. Así como la letra habla de los extremos y las dualidades, la música genera una sensación dual de angustia y sensualidad al mismo tiempo. El requinto del final es de los que más me han gustado y fue completamente improvisado.
 
5. A Mi Abuela Le Gusta El Mar
 
De todas las canciones del disco, la que menos tengo recuerdos de haber compuesto es A Mi Abuela Le Gusta El Mar. Tal vez porque es una canción verdaderamente antigua, tendrá unos 15 años aproximadamente. Lo poco que he podido recordar es haber regresado de unas vacaciones en la playa en las que verdaderamente me hice consciente de lo mucho que me gusta el mar y que ese gusto es 100% gracias a mi abuela. Una mujer fuerte y fascinante, con una historia de vida admirable y con un sentido del humor envidiable. Tengo la sensación de que esos elementos se combinaron para que la canción se gestara. Era mi etapa en la que los arpegios de la guitarra dominaban mi mundo musical y sería raro encontrar una canción escrita en esa época que no tuviera ese rasgo de composición.
 
6. Sé Muy Bien
 
Creo que en todo disco existe la canción que crees que debe estar y no queda y la canción que menos probabilidades tenía de quedar, y queda. Sé Muy Bien es el tipo de canción que tenía pocas probabilidades de quedar. Fue compuesta 2 semanas antes de entrar al estudio como parte de lo que llamo “la manía 2013”. Comencé a jugar con acordes menores y con el poema de Cortazar “El futuro” en mente, la canción apareció de manera muy sencilla. Recuerdo que la terminé pero solamente tenía las estrofas. Un par de días después regresé a ella con la intención de escribirle un puente y un coro, y así fue. Desde que la terminé supe que tenía que quedar en el disco, a pesar de ser una canción que solamente conocía yo. Es buena rola y el requinto tiene el mérito de esforzarme a no usar un solo bending (créanme para mí eso es un mérito).
 
7. Sólo Dime
 
Las canciones se escriben por motivos muy variados; la necesidad de decir algo, la necesidad de tener éxito, la necesidad de contar una historia, etc. Sólo Dime es parte de una tetralogía compuesta entre Guillermo Mallén (a.k.a Billy) y yo. La tetralogía narra el proceso en el que nuestro buen Billy pasa de estar enamorado de su entonces chica, hasta el punto en el que la manda a volar y le pide que “solo le diga que ya no quiere verlo”. Todas las canciones de esa “tanda” tienen un sentimiento bastante popero en la musicalización. Si mal no recuerdo las canciones que componen la famosa tetralogía son: A Cielo Abierto, Tírame en el Viento, Cimientos y Tumbas y Sólo Dime. La música está compuesta entre Billy y yo y recuerdo de manera muy grata haberla compuesto, porque cuando uno lleva un rato componiendo, se enfrasca a veces en las mismas secuencias de acordes y si alguien nuevo aporta música, se da una nutrición distinta. Tal vez algún día salgan a la luz las otras tres… o no.
 
8. Véndele Mi Alma Al Blues
 
Conocer a José Cruz, el gran bluesero y poeta mexicano, es otra de esas cosas que cambiaron mi vida para siempre. A los 11 años yo tenía una vieja guitarra que había pertenecido a unos tíos y que me habían regalado ante mi propia insistencia. Como sea, la guitarra estaba ahí colgada en la pared y yo la bajaba “disque afinándola” y “disque tocándola” al ritmo de los Beatles. Yo neceaba con aprender y mis padres cedieron. Y así, como obra del destino, un tío consiguió a través de un amigo, el teléfono de José Cruz que en ese entonces daba clases de guitarra. Desde mi primera clase supe que ese hombre era distinto a todos los que conocía y que nunca iba a conocer a alguien igual. Con una técnica de enseñanza que definitivamente es la única que me hubiera funcionado, José Cruz se convirtió en “mi maestro de guitarra” mucho antes de que yo siquiera supiera que existía Real de Catorce (su banda). Ese acercamiento fue muy afortunado, ya que yo no era un fan queriendo acercarme a su ídolo. Era un escuincle con ganas de tocar la guitarra como George Harrison. El introdujo el blues a mi vida y fue sorprendente. Escuchar el blues por primera vez, fue como si esa música ya la conociera de otro tiempo y solamente la estaba recordando. El blues me abrió los ojos. Otra cosa que recuerdo alegremente de José es que la segunda canción que compuse en mi vida, la compuse con él, una simple canción llamada “Traigo Un Dolor”. Con el tiempo José Cruz pasó de ser mi maestro a ser mi amigo, uno de los más queridos. El tiempo y la vida nos separaron un poco en la geografía pero nunca en el corazón. Así que cuando José enfermó, traté de acercarme a él a mi extraña y arisca manera. Un día fui a verlo y le dije que me maravillaba ver como aunque su habla estaba afectada, podía seguir cantando. El me contesto: “Pues estoy enfermo del cuerpo, no del alma”. Después de ir a verlo sentí la necesidad de hacer algo para él. Fui a casa de Óscar con la idea de hacer una canción utilizando los títulos de canciones compuestas por él. Y eso hicimos, guitarra en mano y bajo la técnica del “cara a cara” fuimos arrojando frases y estructurando algo parecido a un blues. No niego que espero un día tocar esa canción acompañado por él.
 
9. Seguimos
 
Cuando te das a la tarea de componer, también llega naturalmente la necesidad de experimentar. Sobre todo cuando tienes la libertad de componer sólo para ti. Me imagino que aquellos que componen para tener “éxito” han de estar muy restringidos. Pero pues uno que compone sabiendo que en muchas ocasiones solamente va a escuchar esa canción uno mismo, no tiene esa restricción. Así fue la idea de Seguímos, yo tenía la necedad de escribir una canción en ritmos distintos a los convencionales 4/4. Así que se me ocurrió escribir Pop en 6/8. Ya con el ritmo establecido y una secuencia de acordes que podría ser de una canción sudamericana, comencé a escribir una de las letras que más he disfrutado escribir y que hablan directamente de mi mujer. En la letra juego con la idea de lo increíble que es seguir con alguien. Decidir que esa persona te va a acompañar y que esa persona decide que tú la vas a acompañar. Todavía se me hace…digamos… curioso.
 
10. Volando Sin Cautela
 
Si tú compones una canción en Fa menor siempre sonará bien. Eso hice con Volando Sin Cautela. Recuerdo haberme sentado con la intención de componer una canción como si no fuera yo, como si fuera la canción de otro grupo o compositor. No creo que me haya salido porque acabó sonando a lo que siempre hago. Pero por un tiempo cuando la tocaba para alguien les decía que era un cover para ver cuál era la respuesta. Cuando vi que les gustaba, decidí que era una buena rola. Me gusta el coro y la armonía de voces que quedó. Junto con Samantha es de mis favoritas en el disco.
 
11. La Página 14
 
De todas las canciones del disco, La Página 14 es de las que más bellos recuerdos tengo. Recuerdo una de esas sesiones de composición en casa de Óscar, los dos en el jardín dispuestos a componer una canción. De pronto el saca éste hermoso poema llamado La Página 14. Con una temática que a la fecha quiero pensar que solamente él y yo sabemos que significa. El maridaje perfecto entre letra y música fue inexplicable. No logro recordar un tiempo en el que esa música no tenía esa letra y Óscar dice que a la fecha no puede leer ese poema sin cantarlo. Es una canción de la época de los arpegios y de un estilo que con el tiempo podíamos llamar folk blues. Lo extraño de la composición es que no se en qué momento se me ocurrió poner el Capo en el noveno traste de la guitarra para darle ese sonido tan peculiar. Es simplemente mágica.
 
12. No Podría Renunciar
 
De No Podría Renunciar tengo muy poco que decir. Es una canción de amor, pura y directa, sin recovecos,  ni misterios. Habla de mi necesidad de decirle a mi mujer que la amaba (y cada que la canto de decirle que la amo). La estructura musical tiene sus cosas interesantes. Por ejemplo, está compuesta en Mi bemol, que en lo personal me parece una nota poco común para una canción. Otra cosa es el cambio de tiempo en la canción, las estrofas y el puente están en un simple 4/4, pero el coro cambia a ¾. Detallitos que hacen de la canción algo interesante de escuchar y de tocar.
 
13. La Princesita De Papá
 
Convertirme en padre ha sido una de las cosas más grandes que me han sucedido… corrijo… Lo más grande que me ha sucedido. El momento en la que mi hija Ana llegó a mi vida, yo pasaba por un momento complicado en relación a mi padre. Esa situación me hizo tambalear en considerarme capaz de ser padre, un buen padre. También quiero expresar que cuando la vi nacer, todo eso desapareció y sentí que uno es tan buen padre como quiere ser, y no como fueron con uno. Era una tarde/noche de domingo cuando estaba contemplándola mientras dormía, Ana debió de tener en ese entonces 1 mes o 2 de nacida y empecé a jugar con el ukulele. De ahí me surgió la letra de la canción. Todo lo que uno quiere decirle a un hijo es inimaginable y traté de poner lo más importante en la canción. Aún así y hasta la fecha, siento que no le he dicho suficiente y me di cuenta que hay emociones que definitivamente no caben en una canción y solamente se viven.
 
 
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  11. La Página 14
  12. No Podría Renunciar
  13. La Princesita De Papá
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