¿CÓMO ANHELAR LA LEYENDA?

¿Cómo anhelar la leyenda? 

¿Cómo añorar lo que no conozco? 

En estos tiempos de imágenes que no llegan, 

se me pierde la decisión de la ideas, 

la fuerza de voluntad 

y el poder de mis acciones. 

¿Será que esta falta de escrúpulos

es una impavidez olímpica?

¿Cómo puedo admirar lo que no temo?

¿Cómo anhelar la leyenda?

¿Cómo sentir nostalgia de lo que nunca tuve?

En estos tiempos en dónde lo indestructible 

se encuentra destruido,

lo más profundo no es necesariamente lo más antiguo.

Sigo sin entender nada, 

pero ahora me obligo a matar 

lo que ya está muerto.

¿Cómo anhelar la leyenda?

¿Cómo regreso a lo que no recuerdo?

Emprendo el viaje de vuelta a casa,

pero me encuentro lugares más bien nuevos, desconocidos. 

¿Dónde está la cercanía en esta distancia?

¿Dónde está mi ley encarnada?

¿Dónde está el reino externo?

¿Dónde esta la calma en esta tormenta?

En estos tiempos se me decolora la creatividad 

y me asquea lo novedoso, lo eterno.

Tendré que aceptar la existencia de lo ausente

a pesar de esta agresión que crece poco a poco,

a pesar de que las historias se realizan y se pierden.

Me quedan muy pocos reclamos 

y sigo sin encontrar el origen.

¿Quién se robó mis metáforas?

Las dejé atrás de la puerta,

en una bolsa de papel,

alguien tendrá que haberlas visto.

¿Cómo anhelar la leyenda?

No tengo armas,

no sé quién soy, 

solamente sé que el exceso de fuego me quita el aire

y que el exceso de aire aviva el fuego. 

En estos tiempos de curadores-heridos,

me siento el herido-curador,

siento una parte de mi que vive en aislamiento,

siento mi espontaneidad enferma.

¿Cómo evito que se derrumbe la frontera?

¿Dónde encontramos esa parte de lo terrible que llamamos belleza?

Me estoy entendiendo en el ahora,

pero las huellas que dejó el temor a la locura

son tan luminosas que llaman al retorno.

¿Cómo encontrar algo en el caos?

¿Cuál es la sombra en el cuadro?

¿Cómo utilizar lo que está roto?

¿Cómo anhelar la leyenda?